PROGRAMA #6 (Vea - Manejo de los sentimientos y la comunicación)
HUMILDAD
Humildad es aceptar los principios naturales que no se pueden controlar. Todo lo que tenemos, desde el cuerpo con el que hemos nacido hasta las posesiones más preciadas, se hereda. Por lo tanto, se vuelve un imperativo moral elutilizar estos recursos de forma valiosa y benevolente. La conciencia de ser un depositario de tales recursos ilimitados y atemporales toca la esencia del alma humana y la despierta para darse cuenta de que, así como en el momento de nacer se heredaron esos recursos, en el momento de morir se tendrán que abandonar. En la muerte, todo lo que acompañará a la persona serán las impresiones de cómo se usaron esos recursos junto con la sabiduría de ser y de vivir como un depositario.
Humildad es dejar hacery dejar ser. La piedra del conflicto yace en la conciencia del "yo" y del "mío" y la posesividad: de un rol, de una actividad, de un objeto, de una persona, incluso del cuerpo. Paradójicamente, esta conciencia le hace perder a uno aquello a lo que quiere agarrarse y, especialmente, le hace perder lo más significativo, los valores universales que dan valor y sentido a la vida. La humildad elimina la posesividad y la visión limitada que crean límites físicos, intelectuales y emocionales. Estas limitaciones destruyen la autoestima y levantan muros de arrogancia y de orgullo que distancian a las personas.
Humildad y autoestima van de la mano
Todo el mundo se "reverencia" ante una persona que posee la virtud de la humildad, ya que todos se reverencian ante los que se han reverenciado primero. Por tanto, el signo de la grandeza es la humildad.
La persona humilde nunca dirá: "no era mi intención decirlo, pero simplemente surgieron las palabras". La humildad automáticamente le hace a uno merecedor de alabanzas.
La mera presencia de una persona humilde crea un ambiente atractivo, cordial y confortable. Sus palabras están llenas de esencia, poder y las expresa con buenos modales. Una persona humilde puede hacer desaparecer la ira de otra con unas pocas palabras.
La humildad proporciona la capacidad de percibir situaciones, discernir las causas de los obstáculos y las dificultades así como de permanecer en silencio. Cuando uno debe expresar una opinión lo hace con la mente abierta y con el reconocimiento de las particularidades, la fortaleza y la sensibilidad de uno mismo y de los demás.
Sin humildad no podemos crear sociedades civilizadas ni servir al mundo de manera benevolente.
La consigna es que debemos invertir en nosotros mismos si queremos desempeñar bien nuestro papel en la vida y progresar integralmente.
El primer esfuerzo consiste en reconocer nuestras capacidades y evocar nuestra autoestima. Al mismo tiempo, podemos invertir nuestra riqueza espiritual para ayudar a los demás; dar a este nivel es recibir con creces. El mayor servicio que podemos hacer con nuestros semejantes es devolverles su autoestima, su dignidad.
“Por la comprensión el hombre llega a ser valeroso.
Por la economía, generoso.
¡Por la humildad se transforma en un líder!”
Lao Tse
Busca siempre el equilibrio: Tener autoestima pero no arrogantes, ser humildes pero no sumisos. Sentirse humillado es un signo de falta de autoestima.
Estudie cuidadosamente las siguientes afirmaciones (para cada renglón comience leyendo el título y el subtítulo correspondiente):
“La cosa más humillante:
No es: Es:
Tener problemas No buscar soluciones
Tener fracasos No continuar la lucha
Caerse a menudo No levantarse más a menudo
Haber sido rechazado No continuar insistiendo
Haber sido traicionado No haber sido perdonado
Haber fallado No intentarlo otra vez
Tener limitaciones No continuar progresando
Ser feo No embellecer la vida
Perder una cosa Perder el entusiasmo
Haber perdido los amigos No buscar otros
Equivocarse No aceptar equivocaciones
No ser comprendido No comprender a los otros
No sentirse querido No quererse y no querer”
Este cuadro comparativo fue tomado del texto
“Cómo Educar en Valores” Ed. Narcea
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