PROGRAMA N°.6

MANEJO DE LOS SENTIMIENTOS

 

Las expectativas ilusorias que tengo en mi vida, basadas en un falso sentido del «yo», «mío» y en «deseos negativos», me llevan a la frustración y al desengaño.

 

Esperar que los demás o las circunstancias se acomoden a mis deseos, me deja igual a una aspiradora de polvo, quiero tomar algo que necesito pero solo recibo basura.

 

Cuando alguien está negativo, con rencor, con rabia por algún motivo, mi responsabilidad es ayudarlo, no hundirlo más en su conflicto debido a mi reacción violenta. El otro solamente quiere tres cosas:

 

a. Que yo le escuche.

b. Que yo comprenda su situación.

c. Que le ayude a salir de su conflicto.

 

Las situaciones tormentosas de la vida solo pueden ser cruzadas triunfalmente cuando yo poseo un correcto entendimiento de la realidad e inculco valores positivos. Se ha dicho que las virtudes son los amortiguadores de la vida. Yo tengo la libertad para elegir aceptar o no el sufrimiento que los demás o las circunstancias me están ofreciendo, es cuestión de sintonizar los pensamientos. Pero, es en primer lugar la negatividad interna la materia prima para cualquier sufrimiento emocional. Es indispensable traer luz y poder a la consciencia para dispersar las sombras de la negatividad como rabia, avaricia, arrogancia, apego, lujuria, pereza y otras aberraciones mentales.

Necesito equilibrio interior, ni demasiado extrovertido, ni demasiado introvertido, para mantener mi armonía y plenitud.

 

TÉCNICA 1.

SOFRO-ANALISIS SENTIMENTAL

Se ha dicho, «los hombres no se sienten perturbados por las cosas, sino por la forma en que las mira».

 

Por ejemplo, su novio le deja saber que está saliendo con otra muchacha y que desea terminar las relaciones con usted. Inmediatamente, usted interpreta el suceso y se dice a sí misma:

- "Jamás encontraré a otro hombre como él".

- "Debo ser una persona vacía de todo mérito"

- "Esto es terrible. A mí siempre me ocurre todo lo malo"

- "Si él no me quiere, nadie más va a quererme"

- "No puedo soportar este mundo tan injusto y cruel".

- "Es un sinvergüenza! No debería haber hombres así."

 

Los anteriores razonamientos conducen, entonces, a las consecuencias obvias, el desajuste emocional, la depresión y/o la hostilidad.

 

El Entrenamiento de Consciencia se dirige entonces a restablecer el orden emocional mediante la activación del juicio y raciocinio, en una especie de diálogo interno, que creará objetividad en el ser para combatir las ideas o creencias irracionales.

 

Es preferible entrenar el intelecto antes de que los conflictos aparezcan y rasguen el tejido de la consciencia. Un intelecto claro, es capaz de neutralizar los trazos negativos internos y discriminar los tipos de pensamientos que desea proyectar en el campo de la mente.

 

Existe una idea muy propagada de que cuando tenemos cualquier emoción negativa debemos expresarla, pues, la represión causaría daños a la personalidad. De acuerdo al proceso interno del yo, la expresión de la negatividad, lleva a una sujeción aún mayor a aquella tendencia, aunque pueda proporcionar un alivio momentáneo. La repetición de determinados patrones de pensamientos, decisiones y acciones, solamente los fortalecen.

 

Otra cosa importante para entender si quiere evitar ese tipo de conflictos, es que el amor auténtico es libre, es dejar existir al otro, es también ser desapegado, respetuoso y saber aceptar sin oponer resistencia.

 

El apego muchas veces es usado como un sinónimo de amor; y las señales de este "amor" no se dejan esperar: miedo, preocupación, celos, venganzas, imposiciones, irrespeto, mezquindad, etc. Este tipo de apego puede ser comparado a un sentimiento exagerado de posesión. Está comprobado que las personas con este tipo de sentimientos son robadas más fácilmente. Eso sucede porque la energía negativa del apego o avaricia de que el objeto está impregnado, atrae al ladrón. Si yo pierdo algo por lo cual no tengo sentimientos fuertes de apego, muchas veces es devuelto de forma aparentemente milagrosa. Nada de milagros. Es puro juego de energías.

 

El amor es la cualidad principal en cualquier relación, pero el amor espiritual es aquel que jamás causa tristeza. En primer lugar, es amor por la verdad, y cuando hay la experiencia de la verdad en el yo, el amor se convierte en un fuego que destruye la negatividad. En el amor espiritual hay la experiencia de la individualidad sin ser individualista. Es un amor donador, que no busca retorno, así como el sol no busca reconocimiento de su brillo. No crea dependencia, es real y puro.

 

Cuando logro apartarme del egoísmo y del apego, puedo dar fuerza espiritual; es decir, amor espiritual a los otros. El amor espiritual, amor verdadero, no fracciona el corazón, es desinteresado y universal.

 

Soy un ser ilimitado y me considero limitado. Directamente esto genera inseguridad, seguida de varios mecanismos de defensa o de protección que crean y sustentan una firmeza ilusoria. Esta situación me conduce a tener actitudes de total falta de autorrespeto. En la inseguridad interna, me apego a las cosas o personas para obtener una ilusión de soporte, firmeza o incluso de infalibilidad. En dichas circunstancias, la persona es irresponsable y nunca es libre. Irresponsable es el que usa mal su propia libertad o restringe la libertad de los demás debido al egoísmo. Tal persona nunca es libre ella misma porque siempre tiene que pagar el efecto de tal actitud y tales acciones. Las consecuencias pueden ser en forma de soledad, falta de amor, vacío interior, depresión, etc.

 

TÉCNICA 2.

ARMONIA EN LA COMUNICACIÓN

Una consciencia débil percibe la vida como una problemática constante. Pero es en las relaciones en donde más conflictos se generan. La falta de una comunicación clara, objetiva y sincera entre los seres humanos destruye la armonía entre los individuos. De tal manera que el ideal de la familia universal queda frustrado.

 

La comunicación es el espejo del grado de virtudes que tengo dentro de mí. En verdad, las palabras representan una mínima parte de la comunicación total. Existe también el lenguaje del cuerpo, especialmente de los ojos y los gestos. Pero, más allá de eso, existe la vibración creada por la intención que hay detrás de las palabras y los gestos. Todo esto crea el ambiente de la comunicación. Entonces, se puede afirmar que las personas se entienden de acuerdo a la vibración de sus sentimientos y no por las palabras.

 

Vivir externamente alegre e internamente preocupado, confuso o triste, me obliga a usar una serie de «máscaras» para intentar compensar la diferencia entre lo que siento internamente y lo que expreso externamente. Estas máscaras no son naturales, nos cuesta mucha energía física y síquica; en otras palabras, sistemáticamente nos enferman a nivel mental y físico. Muy a menudo, somos irrealistas, a pesar de que pensamos que somos bastante realistas. Más del noventa y nueve por ciento (99%) de las personas se mueven con máscaras. Aguantamos penas y represiones para mostrar una falsa imagen que no fluye. Intentamos diariamente esconder nuestras faltas, que no vean nuestras debilidades camufladas bajo una sonrisa para hacer ver que se está en calma, a pesar de que se está bajo estrés.

 

Si alguien quiere reconocimiento, en realidad quiere una relación positiva, y se muestra como si fuera perfecto. En realidad desea amor de los demás, le gustaría ser amado por ellos. Pero si construye tal máscara, funciona como una pared gruesa. El no puede mirar hacia afuera y los demás no pueden mirar hacia adentro. Se hace desconfiado y los demás desconfían de él, porque la careta exterior es distinta de las vibraciones que irradia, -vaya paradoja!-.

 

Los pensamientos mismos son también medibles y son vibraciones. Cuando nos sentimos muy bien, calmados interiormente, estables, entonces tenemos unas vibraciones muy fuertes. Si estamos nerviosos, irritados, agresivos, las vibraciones son muy débiles. Si mis pensamientos son positivos, entonces mis sentimientos y por ende, mis vibraciones van a ser elevadas lo que los hace poderosos. Nadie a mi alrededor puede estremecerme, no importa cuan agresivo esté. Mis vibraciones elevadas superan sus vibraciones bajas, y en un corto tiempo él se calmará, la atmósfera o ambiente mental habrá cambiado y yo me he protegido.

 

Ya he repetido varias veces a lo largo del texto, que la base para generar este estado radica en volvernos hacia nosotros mismos, entender nuestro proceso interno y con esta comprensión, dirigir activamente nuestros pensamientos en una dirección positiva acorde con nuestra naturaleza original de paz, amor, felicidad, fortaleza, etc. Después de que he generado este armonioso diálogo interno, el primerísimo paso para establecer una relación armoniosa con los demás es desarrollar un profundo respeto por el proceso interno del otro.

 

Cuando yo reconozco mi ser real y mi misión aquí en la tierra, independientemente de los papeles limitados que tengo que representar -profesional, padre, hijo, subordinado, jefe, etc.-, entonces ese entendimiento me proporciona autocontrol. Comienzo a aceptar los diversos aspectos de mi vida de acuerdo a mi verdadero papel. Cuando estoy en la ilusión de mis papeles limitados, la auténtica libertad es sólo un sueño, estoy siempre dependiendo de los factores externos para estar bien, culpo a los demás por mi desgracia y nunca sentiré verdadero amor por mí en la búsqueda de reconocimiento y amor de los demás. Esta carencia de autorrespeto sólo puede superarse a través de la autorrealización. Y así, mi relación con los otros será de respeto. El amor comienza conmigo.

 

Mis propios defectos se proyectan y me hacen percibir únicamente los defectos de los demás, lo que me hace sentir mal; puedo escoger ver las cualidades positivas en todos y así asegurar sentirme bien y abierto a ayudar a los demás con respeto y misericordia.

 

Con esta técnica -Armonía en la comunicación- aprendemos a generar primero, un diálogo interno con nosotros mismos, en la calma y el silencio de nuestra consciencia. En la medida que las leyes fundamentales de la comunicación exitosa se hacen claras para nosotros, podemos aplicarlas en la vida sin bloqueos.

 

TÉCNICA 3.

NEUTRALIZACIÓN DE LA TIMIDEZ

La timidez está muy relacionada con la falta de autorrespeto, fe y seguridad en sí mismo. Es obvio que son registros negativos muy profundos en nuestra psiquis, no sólo desde nuestra infancia, sino incluso, de experiencias traumáticas de antes de este nacimiento que han quedado ancladas en nosotros, bloqueando la libre expresión del ser. Esto se debe, en gran parte, a una ignorancia básica sobre el yo y sus leyes.

 

Para neutralizar la timidez es necesario hacer un trabajo profundo sobre sí mismo. Comenzar por ser honesto consigo mismo y con los otros. Aceptarse con sus debilidades y negatividades, pero solamente para iniciar el trabajo de reconocimiento de sus cualidades originales, de sus valores y capacidades. Luego, actuar contra sus temores y quebrar los patrones repetitivos de autoderrota. Una cosa importante es aprender a ser menos dependiente de las opiniones y criterios de los demás.

 

La diferencia entre autorrespeto verdadero y seudo-autorrespeto, es la misma que existe entre humildad y arrogancia. Humildad es respeto por la identidad verdadera, y arrogancia es seudorrespeto, es decir, es respeto por la identidad temporal y falsa, por las máscaras. Por otra parte, es tan perjudicial el complejo de inferioridad como lo es el complejo de superioridad. Es necesario mantener el equilibrio en todo.

 

Las diferentes máscaras autocreadas para protegerse, restan gran cantidad de energía del ser, se genera una carga mayor de estrés, aleja de las posibilidades de la auténtica comunicación e inexorablemente todo eso conduce a la pérdida de autoestima y a llevar una vida frustrada.

 

Si usted es realmente ¡usted mismo!, con el tiempo encontrará personas que lo amarán y respetarán por /ser usted mismo!

 

Esta técnica, le servirá de gran ayuda para ser una persona abierta y sin bochorno, verdaderamente libre y donadora.

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